viernes, 11 de septiembre de 2015

Versiones


Tres versiones de una misma noticia. Primero, exultante, Página/12 dice: 


Título: Votación histórica por un mundo libre de buitres

Epígrafe: La Asamblea General de la ONU convalidó por amplia mayoría, 135 votos a 6, con 42 abstenciones, 9 principios sugeridos por Argentina y el G-77 más China para evitar que las renegociaciones de deuda sean interferidas por fondos especulativos.

Texto: La Asamblea General de Naciones Unidas aprobó ayer los nueve principios básicos sobre reestructuraciones de deuda soberana impulsados por Argentina. La histórica sesión encabezada por los miembros del G-77 más China otorgó un respaldo contundente a la iniciativa: 135 votos a favor, 6 negativos y 42 abstenciones. Después de un año de deliberaciones técnicas y arduas negociaciones diplomáticas, los lineamientos que restringen el accionar carroñero del sistema financiero internacional y legitiman el derecho a reestructurar las deudas soberanas sumaron nuevas adhesiones y minimizaron los rechazos (ver página 4). Estados Unidos, Reino Unido, Japón, Alemania, Israel y Canadá fueron el poderoso pero reducido bloque opositor. “Los principios que aprobaron son un paso fundamental para conseguir un mundo libre de buitres, para que nadie sufra ataques como los que recibió Argentina”, celebró el ministro de Economía, Axel Kicillof, durante una breve intervención ante los representantes de las distintos países. El funcionario acompañó al canciller Héctor Timerman y la embajadora permanente ante la ONU, Marita Perceval, que fueron la cara visible del proyecto en el organismo. “Nos decían que éste no era el lugar adecuado para discutir los temas de deuda pero es el único foro democrático donde todos los países tienen voz y voto. La ONU es el foro adecuado para resolver el tema de las reestructuraciones de deuda soberana y ponerles un límite a los piratas del siglo XXI que aprovechan la falta de legislación global para infringir daño y obtener ganancias extraordinarias”, expresó el ministro de Relaciones Exteriores (ver página 4). El resultado de la votación ofrece un puntapié inicial para avanzar dentro del organismo internacional en la discusión de una ley de quiebras internacional para los Estados que proteja a los acreedores de buena fe.

La discusión comenzó alrededor de las tres de la tarde de una jornada con lluvias que no consiguieron aplacar el calor de Manhattan. El proyecto de resolución para abordar los problemas asociados a las reestructuraciones de deuda soberana ocupó el cuarto lugar en la agenda del día, donde también se aprobó que cuando comience la 69 Asamblea General, en dos semanas, las banderas de los miembros observadores de la ONU –Palestina y Vaticano– flameen en el frente del edificio del organismo. Después de una contundente presentación de la problemática realizada por el representante de Sudáfrica en representación del G-77 más China, las pantallas mostraron 136 votos a favor acompañado por una celebración de la delegación argentina y los países que respaldaron el proyecto. La satisfacción entre los funcionarios argentinos que trabajaron en los nueve principios se mantuvo incluso cuando, antes de finalizar el encuentro, los diplomáticos españoles pidieron la palabra para señalar que su voto positivo debía ser considerado como una abstención porque se habían equivocado.

“Le quitamos poder al capital carroñero financiero, que acompañado por las maquinarias mediáticas riegan pobreza y miseria por el mundo”, expresó la canciller venezolana Delcy Rodríguez, quien tuvo una de las intervenciones más eufóricas de la jornada. Los respaldos explícitos a la iniciativa no se limitaron a Brasil, Bolivia, Cuba, Paraguay, Chile y Uruguay, también tuvieron expresiones contundentes los representantes en la ONU de Rusia, India, Islandia y Jamaica. “Los principios básicos fueron diseñados para asegurar su inclusividad, no son obligatorios ni favorecen ni a acreedores ni a deudores. Se trata de generar una situación donde todos ganan. La sustentabilidad de las deudas es esencial para el crecimiento y las reestructuraciones son importantes para los países en desarrollo y los desarrollados”, indicó el vocero de Sudáfrica en representación del G-77 más China.

La iniciativa reivindica el posicionamiento argentino en su disputa con los buitres en las cortes estadounidenses pero no tiene implicancias judiciales directas. Sin embargo, sí se benefician países que enfrentan problemas de deuda externa y requerirían reestructurar sus pasivos sin que los acreedores impongan condiciones extorsivas como Grecia, Puerto Rico, Portugal y Ucrania, entre otros. Pese a ello, la mayoría de los países europeos, incluidos los que atraviesan crisis estructurales de deuda, se abstuvieron en la votación.
“Si bien no cambia la situación de Argentina si le pone un límite al accionar del juez Griesa y los buitres. Casi todos los países del mundo se oponen a este tipo de acciones especulativas, no pueden ignorarlo”, explicó Kicillof durante un breve intercambio con este diario luego de grabar una teleconferencia con CFK (ver aparte).

Cuando llegó el momento de su intervención, Estados Unidos remarcó su compromiso con “la estabilidad del sistema financiero” pero consideró que para mejorar el sistema de reestructuración de deudas soberanas alcanza con introducir modificaciones –nuevas cláusulas de acción colectiva y redefinir pari passu– a los contratos de los bonos. “El lenguaje de la resolución indica que los países tienen derecho a reestructurar sus deudas, un derecho que no existe”, consideró la representante estadounidense al explicar su rechazo y ausencia en las discusiones que, desde su perspectiva, deberían darse en el FMI y el G-20.

Durante toda la mañana, la representación de Gran Bretaña se dedicó a presionar en diferentes reuniones bilaterales a los embajadores de la Unión Europea para que voten en contra de la resolución. Por esas horas los diplomáticos argentinos recibieron la noticia que los colombianos, alineados con los intereses de Estados Unidos y en proceso de incorporación a la OCDE, se volcaban hacia la abstención. En paralelo Alemania, que había evaluado abstenerse, volvió a su negativa original. Sin embargo, el G-77 más China y la misión argentina pudieron observar con satisfacción como Australia, Irlanda, República Checa, Finlandia y Hungría cambiaron su rechazo inicial a una abstención, un giro significativo en términos diplomáticos.

Los principios no son vinculantes pero codifican el “sentido común”, violado por las cortes permeables a los reclamos buitres, en materia de reestructuraciones de deuda soberana. Las discusiones en la ONU continuarán con el objetivo de alcanzar un marco jurídico internacional al que los países deberán adherirse. Mientras retoman las tareas, fuentes diplomáticas indicaron a Página/12 que Bolivia podría incorporar los lineamientos a su legislación. El embajador boliviano, Sacha Llorenti, fue el responsable del Comité Especial sobre Procesos de Reestructuración de la Deuda Soberana y facilitador del proyecto de resolución. “Sería una buena idea avanzar en ese sentido, ¿no?”, respondieron desde el equipo económico antes de partir hacia el aeropuerto JFK en Queens.


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Casi bochornosa, oculta entre la sección “Económicas”, La Nación dice:


Título: La ONU aprobó una propuesta argentina contra fondos buitre

Epígrafe: Una resolución del organismo establece nuevos principios para renegociar deudas soberanas

Texto: La Organización de las Naciones Unidas (ONU) aprobó una resolución que establece nueve principios básicos para guiar la reestructuración de deudas soberanas, una iniciativa impulsada por la Argentina a raíz de la pelea con los fondos buitre.

La resolución, el resultado de más de un año de trabajo diplomático, dejó al descubierto una división global en el manejo de las finanzas internacionales: contó con el respaldo del mundo emergente y el rechazo de la amplia mayoría de naciones desarrolladas.

El texto, presentado por Sudáfrica en nombre del G-77 y China, fue aprobado por 136 votos a favor, seis en contra -Estados Unidos, el Reino Unido, Alemania, Canadá y Japón, cinco de los siete miembros del G-7, e Israel- y 41 abstenciones. Grecia, sumida en una profunda crisis financiera, se sumó en las abstenciones del resto de Europa y otros países desarrollados como Corea del Sur, Australia o Nueva Zelanda. América latina dejó otras dos abstenciones: México y Colombia.

"Esto es obra de lo que nos pasó a los argentinos", dijo anoche la presidenta Cristina Kirchner por cadena nacional, horas después de la votación. El ministro de Economía, Axel Kicillof, también apareció ante las cámaras, parado delante de la ONU. "Es un paso fundamental para que consigamos un mundo mejor, un mundo libre de buitres", había dicho antes en la sala de la Asamblea General, donde se hizo la votación.

Varios países emergentes, como Bolivia o la India, y naciones desarrolladas como Islandia o Singapur le dieron la bienvenida a la iniciativa. Algunos, incluso, hablaron de una decisión histórica. Nada indica que el texto alterará las reglas de juego en el mundo de las finanzas. En el lenguaje diplomático de las Naciones Unidas es una declaración de alta envergadura política "sin dientes". Un "punto de referencia ineludible", definió el embajador de Bolivia, Sacha Llorenti.

Los países en contra de la propuesta argentina querían llevar la discusión a otros, como el Fondo Monetario Internacional, donde tienen mayor injerencia.


Nuevos principios

La resolución "declara" que las reestructuraciones de deuda "deberían estar guiadas" por nueve principios e "invita" a los 193 Estados que componen Naciones Unidas, además de a los Estados observadores, a "respaldar y promover" esos principios.


Deudores y acreedores

Paradójicamente, el quinto principio en la lista es el de "tratamiento equitativo" hacia los acreedores. Es el mismo principio plasmado en la ya famosa cláusula pari passu del prospecto de la deuda, del que se valieron los fondos buitre, liderados por NML, para acorralar a la Argentina en el tribunal del juez Thomas Griesa.

Hay otros tres principios que sobresalen: el de "legitimidad", que establece que los "términos y las condiciones de los contratos originales deben ser válidos" hasta sean modificados por un acuerdo de reestructuración, y es, en rigor, un reconocimiento a la deuda de los holdouts; el de "sustentabilidad", uno de los argumentos centrales de la Casa Rosada en contra del reclamo de los acreedores del país, y el de "mayoría", que llama a "respetar la decisión de la mayoría de los acreedores". Es otro de los mensajes centrales del Gobierno: la voluntad de los holdouts, el 7% de los acreedores, no puede ir en contra de los intereses del 93% que canjeó sus títulos.

Además, la resolución de la ONU llama a respetar el derecho de un Estado a diseñar su política económica; tener "buena fe", tanto del Estado como de sus acreedores; transparencia; imparcialidad, para impedir conflictos de interés, e "inmunidad soberana", un concepto en el que ha descansado gran parte de la defensa de la Argentina en los tribunales de Estados Unidos, y con la cual el país ha eludido embargos.


El confuso voto de España

Se había dicho que España había votado a favor de la resolución sobre reestructuración de deudas soberanas, lo que quedó plasmado en la cuenta final de 136, según el recuento oficial. Pero luego se aclaró que se trataba de un error y que el voto fue "abstención", al igual que el resto de Europa. El encargado de la confirmación fue el embajador de España en la asamblea..


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Mirándose el ombligo, como siempre, los chicos de El país acotan: 


Título: La ONU aprueba un texto contra los “buitres” promovido por Argentina

Epígrafe: El texto, respaldado en Nueva York por 136 países, cuenta con el rechazo de EEUU y la abstención de España

Texto: El Gobierno argentino ha logrado un claro éxito diplomático en un asunto especialmente sensible: la batalla contra los fondos buitre. La asamblea general de la ONU aprobó una propuesta promovida por Argentina para evitar que en el futuro se repita la situación que sufre este país, en la que un juez de EE UU, Thomas Griesa, tiene bloqueada parte de la deuda argentina porque un núcleo de fondos buitre se niega a aceptar la negociación que este país cerró con más del 90% de sus acreedores. La resolución aprobada por 136 votos a favor, seis en contra y 41 abstenciones marca unos principios básicos a seguir en casos de reestructuración de deuda y señala que si una mayoría de acreedores acepta una solución la minoría no puede seguir la vía de los tribunales ordinarios, que es la que aprovechan los fondos buitre especializados en pleitear hasta el último día para lograr rentas millonarias.

La resolución se aprobó con comodidad aunque es especialmente significativo que entre los que la rechazaron estaba EE UU, el país del juez Griesa y donde residen y pleitean la mayoría de los fondos buitre, Reino Unido, otro centro importante de operaciones de este tipo de fondos, y otros países que son importantes acreedores como Canadá, Japón, Alemania e Israel. Entre las 41 abstenciones están otros países europeos como España. La resolución tuvo un apoyo masivo entre los países en vías de desarrollo que sufren las estrategias de los fondos buitre.

El ministro de Economía, Axel Kicillof, protagonista de la gran decisión política argentina de no pagar a los fondos buitre como les reclamaba el juez Griesa, se desplazó a Nueva York para seguir la votación y contempló el éxito político con una cara de evidente satisfacción. Kicillof señaló en Nueva York que este “es un paso fundamental para que otros países no sufran los mismos ataques que la Argentina está sufriendo por parte de los fondos buitre”.

Kicillof en realidad está de salida y en Argentina habrá un nuevo Gobierno a partir del 10 de diciembre. Gane quien gane las elecciones, los analistas argentinos dan por hecho que el nuevo Gobierno negociará con los fondos buitre una salida para resolver la incertidumbre sobre la deuda argentina y permitir que entre una gran cantidad de capitales extranjeros al país.

Sin embargo, la decisión de Kicillof de no pagar a los fondos buitre, aunque se considera temporal, es vista con buenos ojos por muchos analistas argentinos que consideran que era inaceptable la decisión del juez Griesa. Hoy mismo el expresidente de Brasil, Lula da Silva, salió en apoyo del Gobierno argentino en Buenos Aires y criticó que un juez de EE UU pueda “tomar decisiones que afectan a la vida de millones de argentinos”.

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