sábado, 1 de noviembre de 2014

Guerra del gas



¿Disfrazando la derrota? Los seguidores de Astroboy ya aprendieron a leer entre líneas cualquier cosa que diga la prensa corporativa occidental en estos días, por lo que sabrán apreciar la significación de los acuerdos alcanzados esta semana en el último capítulo de la denominada “Guerra del Gas” entre Rusia y Ucrania. Leemos estas dos notis en El País de Madrid de hoy:

Título: El apoyo europeo a Ucrania permite zanjar la guerra del gas con Rusia

Subtítulos: La Unión Europea adelanta 760 millones de euros a Kiev para que abone sus deudas / Rusia y Ucrania llegan a un acuerdo para cerrar la guerra del gas

Texto: Europa ha sido el detonante indirecto del conflicto que enfrenta desde hace casi un año a rusos y ucranios, pero también la llave de los frágiles acuerdos logrados hasta ahora. La Comisión Europea invirtió las últimas 48 horas de la era de José Manuel Durão Barroso en tratar de resolver un conflicto enconado: la guerra del gas que mantenía el grifo cerrado a Ucrania desde el pasado mes de junio. Rusia logró arrancar el jueves por la noche la clave de un acuerdo varias veces frustrado: el respaldo europeo a los pagos ucranios, que impedirá, en palabras de Barroso, que Europa “pase frío el próximo invierno”.

Con la improvisada firma de dos documentos al filo de la medianoche entre el jueves y el viernes, la Comisión da por enterrada la guerra del gas. Eso ha requerido que Bruselas tenga que adelantar una ayuda de 760 millones de euros acordada con Kiev para que el Gobierno de Arseni Yatseniuk pueda hacer frente a los pagos energéticos. Consciente de que abonar facturas con dinero europeo que estaba previsto destinar a inversiones bordea lo pactado hace unos meses, una portavoz del Ejecutivo comunitario se apresuró a aclarar que Europa no ha extendido ningún tipo de garantías de pago y que no habrá “dinero fresco” para ese cometido, sino que provendrá de partidas ya previstas.

Más allá del interés por ayudar a Ucrania, el arrojo europeo no es meramente altruista. Rusia cubre un tercio de las necesidades energéticas de la UE y la mitad del gas procedente de Moscú transita por Ucrania. Aunque el flujo suspendido desde junio solo afectaba a Kiev, la UE quería evitar una situación como la de 2009, cuando las rencillas entre rusos y ucranios derivaron en que Ucrania se quedara con parte del gas destinado a países comunitarios que transitaba por sus tuberías. “El acuerdo interesa a las tres partes”, coinciden las fuentes consultadas.

Ucrania promete abonar 3.100 millones de dólares (2.460 millones de euros) que adeuda a Rusia en dos tramos: 1.450 millones de dólares (1.160 millones de euros) este mes y 1.650 millones de dólares (1.320 millones de euros) antes del 31 de diciembre. A cambio, Moscú garantiza el normal suministro a Ucrania desde 36 horas después de recibir el primer pago del paquete, pactado hasta el 15 de marzo.

Más allá del adelanto del dinero europeo, las maltrechas arcas ucranias abonarán la energía con recursos de Naftogaz —la mayor gasista del país— y con un crédito de 1.400 millones de dólares (1.120 millones de euros) del Fondo Monetario Internacional (FMI), que también ha dado su beneplácito a esta solución. Ucrania se felicita por haber logrado una rebaja en el precio mantenido hasta ahora, que descenderá a 378 dólares por cada 1.000 metros cúbicos de gas consumidos hasta finales de año y a 365 dólares en el primer trimestre de 2015. Aunque Bruselas asegura que la antigua república soviética cuenta con fondos para cubrir su demanda, no descarta conceder otro préstamo conjunto con el FMI, como pide Kiev. Moscú, por su parte, no se fía y exige a las autoridades ucranias —que adeudan cantidades desde noviembre de 2013— pagos adelantados para cualquier nueva compra.

Tantos esfuerzos invertidos tienen un horizonte temporal muy limitado: el próximo mes de marzo. Aunque los líderes europeos confían en que ese pacto propicie la descongelación de las relaciones entre la UE y el Kremlin, la diplomacia comunitaria es consciente de la fragilidad de la situación, con Rusia dispuesta a reconocer las elecciones de los separatistas del este ucranio y la UE sin intención de levantar las sanciones económicas que aplica desde julio (y con una nueva denuncia que planteó ayer ante la Organización Mundial del Comercio por los aranceles que ha impuesto Moscú sobre la importación de productos europeos: papel, aceite de palma y neveras europeos.

Más que el fin de una guerra, la solución hallada en Bruselas para el gas ruso a las puertas del invierno supone una tregua en un conflicto de largo alcance, que puede volver a activarse en cualquier momento.


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Título: Rusia podría restablecer el suministro de gas a Ucrania la semana que viene

Subtítulos: Kiev y Moscú ven la firma del pacto que entierra la guerra del combustible como una forma de proteger sus relaciones con la UE / Rusia y Ucrania sellan el acuerdo para cerrar la guerra del gas

Texto: Rusia podría restablecer el suministro de gas a Ucrania la semana que viene. Así lo ha declarado este jueves el presidente del gigante ruso Gazprom, Alexei Miller, que apuntó que, tras la firma el jueves de un acuerdo entre Kiev y Moscú, auspiciado por la UE, el combustible volvería a llegar a Ucrania, por donde además transita para alcanzar algunos Estados europeos. Kiev se ha mostrado dispuesto a realizar los primeros pagos. “Ucrania debe pagar sus deudas en unos pocos días, también abonar el prepago, entonces reanudaremos el suministro de gas en un plazo máximo de 48 horas”, precisó Miller, que calculó que le pago se produciría a finales de la semana que viene. El abastecimiento de combustible ruso a Ucrania se interrumpió hace cuatro meses por las diferencias entre los dos países y por las deudas de Kiev.

Ucrania y Rusia ven la firma, además, como una fórmula de proteger sus relaciones con la Unión Europea, ya que un tercio del gas que utiliza es ruso. Hace cinco años, cuando se produjo otro corte en el suministro, 17 Estados miembros tuvieron problemas de suministro ya que se alimentan a través de gasoductos que parten de Rusia y transitan por Ucrania. El acuerdo que pone fin a la guerra del gas, y que prevé el pago de unos 3.000 millones de dólares (2.460 millones de euros) por la deuda acumulada, es un “paso importante para asegurar que el suministro ininterrumpido del gas hacia Europa”, según el Kremlin. “Ucrania salvaguardará el tránsito y… no daremos a Rusia la oportunidad de chantajear a Ucrania y a Europa”, declaró este viernes el primer ministro de Ucrania, Arseny Yatseniuk.

El acuerdo, dijo también Yatseniuk, solo ofrece una “solución parcial” a Kiev, que debe avanzar en encontrar una solución que evite la dependencia gasística de Rusia, con la que mantiene una relación muy conflictiva. “Si Rusia intenta aumentar el precio del gas unilateralmente como ha intentado una decena de veces, nosotros recibiremos ayuda financiera de nuestros socios europeos para compensar la diferencia”, advirtió.

El ministro de Energía ruso, Alexander Novak, aseguró en una rueda de prensa en Moscú que el protocolo firmado “no es jurídicamente vinculante”. “Es una declaración de intenciones y de confirmación de los acuerdos alcanzados en el marco de las consultas tripartitas”. “Está claro que es más bien un documento político”, declaró. Una de las rápidas consecuencias del fin de la guerra de gas ha sido un pequeño refuerzo de la devisa rusa. El rublo este viernes subió unos 3,41% frente el dólar y unos 3,63% frente al euro.

Para Rusia, la cuestión primordial sigue siendo qué fondos usará Kiev para saldar sus deudas y también para abonar por adelantado porte del gas que obtendrá. “Ucrania asumió garantías y firmó los documentos que también llevan la firma de garantía de la Unión Europea”, indicó Miller. El ministro de Energía ruso fue más duro: “No tenemos ningún documento que confirme la existencia en las cuentas de Ucrania de medios para el prepago del gas, pero las autoridades oficiales del país nos confirmaron que encontrarán los medios”.

Novak admitió que, cuando habla de apoyo, Kiev se refiere probablemente a “algunas instituciones financieras internacionales, de la Unión Europea o de los propios medios de Naftogaz”. El ministro añadió que, según sus fuentes, “Ucrania posee de medios para pagar su deuda”.

El precio por el que Ucrania comprará el gas hasta fines de 2014 será de 378 dólares por cada mil metros cúbicos de gas y 365 dólares entre enero y marzo de 2015, frente a 485 que Kiev pagaba hasta el verano pasado.

“El momento clave consiste en que hay una tercera parte involucrada en el proceso, la Unión Europea, que tiene un interés vital en que los acuerdos se realicen, porque han sido alcanzados bajo su activa custodia”, Vladimir Feiguin, presidente del Instituto de energética y finanzas. Bruselas, dice, “es el garante principal del cumplimiento de los acuerdos, eso quiere decir que la cuestión de pagar o no pagar y con qué medios se asocia con la Unión Europea, porque la UE es uno de los donantes de Ucrania”, constata Feiguin.

“Para Rusia ha sido un éxito porque bajo amenaza estaba no sólo el pago de las deudas y la cuestión del pago del suministro de gas a Ucrania, sino también el tránsito del gas a Europa, y esto ya se convierte en sumas de miles de millones de dólares y posibles daños”, precisa Feiguin.

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