miércoles, 19 de diciembre de 2012

Soy Latino



Didáctico como siempre (es un chiste), el ABC de Madrid reflexiona hoy, bajo el título de “Latinoamérica, Hispanoamérica o Iberoamérica?”, sobre el gentilicio de aquella porción de la Humanidad que habita al sur del Río Grande (http://www.abc.es/cultura/20121219/abci-latinoamerica-hispanoamerica-iberoamerica-201212191312.html). Acá van algunos párrafos selectos:

“No poca confusión, uso incorrecto o escasamente apropiado ha suscitado el empleo de Latinoamérica, Hispanoamérica e Iberoamérica por parte de políticos, dirigentes, intelectuales y la sociedad en general, como sinónimo para nombrar un área de influencia o ámbito geográfico del nuevo continente.

“Los conflictos geo-estratégicos, la pugna entre países europeos por figurar en escenarios coloniales emergentes, de indudable interés comercial y cultural, subyace en el acuñado y fortuna de la expresión «América Latina» y su derivada «Latinoamérica», concebida como un arma lingüística para socavar la huella española.

“El término «América Latina» se usa por primera vez, a mediados del siglo XIX, en la Francia de Napoleón III como «una operación del imperialismo cultural francés ante la evidente decadencia española y la desmembración de su imperio, luego de la independencia de la mayoría de los países hispanoamericanos del primer tercio de siglo».

“La nueva denominación («América Latina») pretendía, «y al final lo consiguió», arrinconar el concepto de Hispanoamérica con la excusa de «una mayor precisión» en la denominación de aquellos países americanos que, fuera del ámbito anglosajón, hablaban lenguas romances, entre ellas el francés a pesar de que este idioma era allí insignificante en comparación con el español y el portugués.

La consagración definitiva y posterior hegemonía del término «América Latina» «coincide con los movimientos de liberación marxistas e indigenistas de mediados de siglo (XX), dentro del proceso mundial de descolonización de los países del llamado Tercer Mundo», añadió entonces el lingüista, catedrático de las universidades de Granada y de Valladolid.

“El profesor [Santiago de los Mozos] nunca usó, «muy poco o nada», la palabra «Latinoamérica» o su variante de «América Latina», al parecerle «menos rigurosa histórica y culturalmente» y porque, aparte su patente francesa, no le gustaba «seguir las consignas de nadie».

“Siempre se decantó por «Hispanoamérica», incluso para referirse al área lusófona de Brasil porque, al menos hasta 1640 -año en que los portugueses se separaron política y administrativamente de sus hermanos peninsulares-, siempre se consideraron españoles. Como término medio, por otra parte, si se refería a Brasil, también solía apostar por la denominación de «Iberoamérica» como una fórmula todavía «más precisa».”

Hasta ahí la nota de ABC. Ahora bien, uno, que al fin y al cabo vive en esta parte del mundo, se pregunta a quién le sirve, en términos explicativos, esta terminología (Latinoamérica, Hispanoamérica, Iberoamérica). ¿Nos sirve a nosotros, habitantes de estas tierras, o algunos europeos  nostálgicos por colonias que ya no lo son?  Para todos aquellos a los que se nos paran los pelos de punta cada vez que nos preguntan: “¿Eres latino?”, o “Eres hispano?” (categorías del ser americano posiblemente elucubradas por funcionarios estadounidenses de la Oficina de Migraciones), la cuestión no es menor. Cualquiera de estos términos connota una pertenencia diferente.

Vayamos un segundo a Wikipedia:

-Denotación:  La denotación es el significado básico de una palabra, tal como aparece definido en los diccionarios con una forma de expresión formal y objetiva.

-Connotación: Las connotaciones vienen a ser los significados contextualizadores distintivos de ciertas concreciones culturales, las que al ser empleadas por los emisores, se comunican por la acción connotativa. Los fenómenos connotativos también son considerables como índice de las particularidades de algunos hablantes.

Ahora alteremos un poco el contenido del segundo párrafo aquí citado del ABC, y digamos que “…los conflictos geo-estratégicos, la pugna entre países europeos por figurar en escenarios post-coloniales emergentes, de indudable interés comercial y cultural, subyace en el acuñado y fortuna de las expresiones ‘América Latina’, ‘Hispanoamérica’ e ‘Iberoamérica’.”

Volvamos a la cuestión central. Para nosotros, los habitantes al sur del Río Grande, en los albores del Siglo XXI, ¿existe un gentilicio propio, que nos contenga o nos defina; en síntesis, que nos connote?

La respuesta es no. Ampliaremos.

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