jueves, 14 de junio de 2012

Siria

 
Vale la pena leer dos artículos recientes relativos a la situación en Siria. Fueron publicados en el sitio web “La Señal”. La redacción es floja, pero los contenidos no lo son. Hemos editado algunos errores de puntuación y faltas de ortografía. Nada que altere el sentido original de cada frase. Bajo el título “Resistencia Siria, mentiras y naufragio imperial”, Stella Calloni observa:

“Después de haber sido víctimas de una serie de atentados y emboscadas terroristas, observadores de naciones Unidas enviados a Siria para negociar el cese de fuego entre el gobierno de Bashkar Al Asaad y las tropas mercenarias que intentan derrocarlo bajo mandato externo, dijeron este 26 de mayo que hallaron unas 92 personas muertas, entre ellas 32 niños, los que supuestamente habían participado con sus familias en una marcha contra el “régimen”, en el barrio de taldo, en Al Hula, provincia de Homs.

El llamado “Observatorio Sirio de Derechos Humanos”, con sede en Londres, financiado por agencias de inteligencia de las potencias que intentan ocupar Siria, dijo de inmediato que el ejército de ese país los había matado, lo que recogió la prensa de los medios hegemónicos, mayoritaria en el mundo, sin ninguna investigación previa. Tanto el secretario general de la ONU, Ban Ki- Moon, como el enviado Kofi Annan, pidieron al gobierno sirio que detenga el empleo de armas pesadas en la zona residencial y que se ponga fin a toda forma de violencia. “Este empleo al azar y desmesurado de violencia representa una clara violación del derecho internacional”, afirmaron a través de un comunicado, y agregaron que quienes cometieron este crimen deben responder. Todo esto también sin investigación previa.

Vale preguntarse ¿el gobierno sirio que trabajó tanto en los últimos tiempos para que pudieran llegar los observadores de la ONU, y cuyo ejército está defendiendo al país de la acción de bandas mercenarias y tropas especiales de las grandes potencias, va a matar en horas a 92 personas, justo en este momento, en un barrio siempre asediado por los invasores? ¿Puede ser tan ingenuo el Secretario de la ONU para creer esta incoherencia que apunta precisamente a justificar lo que Siria trata de evitar desesperadamente, que es una invasión de la Organización del Atlántico Norte (OTAN) y sus tropas mercenarias?.

La propia televisión estatal Siria mostró videos de las víctimas, advirtiendo que estos asesinatos eran responsabilidad de los grupos terroristas, los que han producido masacres similares en distintos lugares. La ONU escuchó la versión de “activistas” y “observadores de grupos de derechos humanos” (cuyas sedes están en el exterior) que dijeron que ellos “habían informado previamente de la masacre de las tropas del gobierno”. Es decir, los observadores ya iban preparados para encontrar muertos en un lugar donde supuestamente los había dejado el ejército sirio, para que los vieran, se supone. ¿A qué suena esto? ¿Cómo es que había habido tal acción de guerra, como dicen, sin que los medios se enteraran?. Un ataque de esa naturaleza es imposible que pase desapercibido para los periodistas, muchos de ellos agentes de inteligencia encubiertos de las potencias extranjeras, como se ha informado en los últimos tiempos.

Homs es como el Bengazhi de Libia, un lugar elegido como el foco que los invasores necesitaban crear para comenzar a infiltrar las oleadas de mercenarios, que han cometido crímenes atroces, denunciados por muchos sectores sirios, sin que a la ONU le preocupen estas denuncias –que cajonea, como lo hizo con las masacres de los mercenarios en Libia. Palabras como “brutal tragedia” o “crimen horroroso” fueron expresadas por Robert Mood, observador de la ONU, muy conocido en Israel, y por el secretario general de la Liga Árabe, Nabil al Arabi. Escuchando la versión de los supuestos “rebeldes” sirios, se trasmitió al mundo que una manifestación pacífica en el barrio de Taldo, en Al Hula (Homs) fue reprimida con artillería y cohetes, que también fueron usados contra viviendas”, lo que no había trascendido. La aparición de cadáveres en zonas de actuación de los grupos mercenarios (como ha sido desde un principio Homs), para tratar de atribuirlos al gobierno, se advierte como una típica acción contrainsurgente en el esquema de la Guerra de Baja Intensidad para justificar una invasión, que desde hace tiempo anuncia públicamente la Secretaria de Estado norteamericana Hillary Clinton.

El pasado 18 de mayo el mismo secretario general de la ONU se había atrevido a reconocer que grupos mercenarios de Al Qaeda pueden “estar detrás” de los que denominó como “serios y masivos ataques” de las últimas semanas en Siria (Radio PL, 18-5-2012). Hizo esta declaración durante una reunión de jóvenes en la sede de ONU analizando que la presencia de Al-Qaeda en ese conflicto crea una serie de problemas y que incluso “han agredido a Observadores de la ONU” enviados a Siria. Después de esto, Kofi Annan anunció en Ginebra el viaje de uno de sus colaboradores a Damasco” (PL 18-5-12).

A pesar que desde hace un año el gobierno del presidente Al Asaad denuncia la presencia de Al Qaeda y otros mercenarios en las acciones contra su país y la injerencia externa, en referencia a que están bajo la dirección de Fuerzas Especiales de Gran Bretaña, Francia, Estados Unidos e Israel, el funcionario de la ONU fue siempre remiso a investigar esta situación. La oleada de mercenarios que ingresó a Siria para establecer un foco supuestamente “opositor” fue además registrada por algunos medios británicos, alemanes y españoles que, en algunos casos, llegaron incluso a entrar y salir por las fronteras de ese país clandestinamente acompañando a figuras de Al Qaeda, como publicaron en sus periódicos.

Siria cumplió con todos los pasos como el Acuerdo de seis puntos que se negoció con Kofi Anaan en marzo pasado para terminar con este conflicto, falsamente armado desde afuera, intentando imponer el “modelo “libio”, en el que participó la Organización del Atlántico Norte (OTAN), bombardeando sistemáticamente a Libia durante casi nueve meses, mientras tropas especiales de los “aliados” dirigían a los grupos mercenarios por tierra, que finalmente se instalaron como los supuestos “liberadores” de un país destruido, saqueado y con miles de víctimas. Sin los bombardeos de la OTAN los mercenarios no hubieran podido tomar ni el pueblo más pequeño.

En el caso sirio la resistencia del ejército opuso una fuerte muralla a las bandas mercenarias que, poderosamente armadas, ocuparon en varias ocasiones tanto Homs como otras pequeñas ciudades fronterizas, a costa de asesinatos que intentaron inculpar al gobierno. La resistencia siria hizo posible que no se pudiera instalar una cabeza de playa y que, ante la realidad de los sucesos, Rusia y China vetaran dos veces en el Consejo de Seguridad el nuevo intento de invasión y ocupación en nombre de un falso “humanitarismo”. En este caso, los 280 observadores de varios países fueron atacados con bombas en Damasco y otras ciudades, intentado también imputar al gobierno de Assad estas acciones, pero las evidencias derrumbaron los intentos.

La desesperación llevó a los mercenarios a realizar una serie de atentados criminales en plena ciudad, que conmovieron al mundo provocando centenares de víctimas, los que tampoco pudieron ser imputados al gobierno. Durante la segunda semana de Mayo el embajador sirio ante la ONU, Bashar Jaafari, entregó al Consejo de Seguridad los nombres, nacionalidad, militancia y datos personales y otros de 26 personas capturadas por actividades terroristas y en su mayoría miembros de Al-Qaeda (informe PL, desde la ONU). De estos mercenarios de varias nacionalidades, 20 pertenecen a Al Qaeda y ”realizaron operaciones terroristas contra el Ejército y las fuerzas de seguridad sirias”. A pesar de todo y de las pruebas acumuladas por el gobierno sirio, la presión internacional está dirigida a exigir a éste que retire a su ejército de las zonas en conflicto, lo que es una trampa evidente. Se le pide a las tropas sirias que abandonen su propio territorio a manos de los asaltantes del país.

Ya desde un principio la ONU ignoró un informe de la Misión de Observadores de la Liga Árabe que había reconocido la existencia de mercenarios y el derecho del ejército a defenderse, pero esto le valió el alejamiento de quien se atrevió a decir la verdad y el documento fue desaparecido en medio de un gran escándalo. Además, a instancias de Hillary Clinton la ONU ignoró que, en medio de la guerra y la muerte, el pueblo sirio respondió al llamado del referéndum para modificar la Constitución, en un paso altamente democratizador, lo que se ganó con más del 80 por ciento de los votos el 26 de Febrero de 2012.

Muchos de los planes de la CIA fracasaron, como la creación de los llamados “Amigos de Siria” que, durante una cumbre en Túnez el 24 de Febrero, llegaron a un sonado fracaso que terminó con el abandono del representante del Consejo Nacional Sirio (CNS), el que supuestamente es la “oposición liberadora”; eso sí, creado en París. Las palabras de Clinton fueron muy claras, advirtiendo que sólo se aceptaría la rendición del gobierno sirio y que se podían tomar otras acciones si continuaba la resistencia. En la Cumbre de Turquía, el pasado 1 de Abril, se decidió conformar un bloque de ayuda millonaria para los llamados “rebeldes” sirios, destinado a pagar sueldos al CNS y al Ejército Libre Sirio, exponiendo su condición de mercenarios. Estados Unidos también hizo su gran aporte “humanitario” en millones de dólares, mientras se disimulaba que esta “ayuda” humanitaria alentaría los atentados terroristas y la guerra sucia contra Siria, al precio de miles de vidas. La realidad no se puede ignorar. El alto al fuego no puede hacerlo unilateralmente el país atacado. Siria cumplió, pero no los Estados Unidos y sus socios, quienes son los responsables de los ataques terroristas de los últimos tiempos. ¿Qué se le pide a Siria? ¿Qué no se defienda? Esto suena como la “exclusión aérea” ordenada el 17 de Marzo de 2011 al gobierno libio, destinada a paralizar toda capacidad de defensa. En los primeros ataques ilegales de ese mismo Marzo contra Libia, se destruyó casi toda la flota aérea del país en tierra.

Las últimas elecciones legislativas que se realizaron en Siria, con la participación de nueve partidos por primera vez, demostraron que la oposición real y democrática está dentro del país y se ha manifestado más de una vez multitudinariamente en contra de la intervención externa. Varias de esas manifestaciones fueron adjudicadas escandalosamente por medios periodísticos del mundo a la “oposición“ Siria. La mentira para matar es doblemente asesina. Nadie escucha a los partidos opositores que, como el Partido Comunista, han advertido que ante los ataques promovidos desde el exterior, apoyan al gobierno. “El objetivo de todos estos asaltantes es pervertir la legalidad y reventar el país desde dentro”, señala el PC.

Estados Unidos, Francia y sus socios en esta guerra colonial, desconocen las elecciones legislativas del 7 de mayo como lo habían adelantado en ambos casos.
Después de todo, es conocido que Siria era uno de los países que desde fines de los años 90 estaba en la lista de objetivos militares estadunidenses. Ban-Ki-Moon sabe muy bien que la propuesta de negociación es una farsa, porque Washington y sus socios sólo aceptarán una entrega incondicional del gobierno a la supuesta “oposición” que, en realidad, esas mismas potencias organizaron en sus propias capitales. Los únicos que necesitan muertos en Siria son los EE.UU y sus aliados en esta nueva guerra imperial que se desarrolla otra vez en el marco de un estremecedor silencio del mundo, que al parecer no entiende que lo que sucede a Siria es la suerte que espera a todos los países a los que se haya decidido recolonizar en este nuevo esquema de expansión global que estamos viviendo.”


En el mismo sitio web, y bajo el título “Un déjà vu llamado Siria”, el periodista, crítico de cine y analista político internacional Guadí Calvo dice lo siguiente:

“Al analizar el caso sirio, a uno le sobreviene la sensación de estar viviendo un déjà vu, esa extraña sensación psíquica de lo ya visto o ya vivido. Su similitud con el caso libio es tan grosera que es imposible adjudicarlo a la casualidad. Según las grandes cadenas internacionales y sus satélites regionales, el gobierno de Bahsar Al Assad hace ya dieciocho meses que masacra impiadosamente a sus opositores. Se calculan entre trece y quince mil los muertos a causa de los bombardeos a poblaciones civiles y la represión con artillería pesada a las manifestaciones de civiles procurando un cambio en Siria. Para la prensa independiente, la situación parece ser mucho más confusa. Tal cual pasaba en Libia un año atrás, en el territorio sirio están combatiendo numerosos mercenarios internacionales y desertores del propio ejército sirio bajo el nombre de Ejército Sirio Libre (ESL) comandados por un coronel de la aviación que desertó en 2011 llamado Riad al-Assad.

La fuerte resistencia de los golpistas obliga a pensar de inmediato que no se trata de un valeroso grupo de guerrilleros que pelea contra una dictadura por la libertad de su pueblo, sino que en Siria están combatiendo dos grupos con similar poder de fuego. Es claro quién abastece al, digamos, ejército oficial: el propio gobierno. La duda es quién abastece a ese grupo de “milicianos”; allí quizás tampoco existan demasiadas dudas: los mismos que abastecieron a los grupos que derrocaron a Muamar Gaddafi; esta vez de manera mucho menos evidente, ya que Rusia y China han resuelto no ser parte de un nuevo genocidio, aunque sea por omisión, como lo hicieron con Libia. En el caso sirio, las dos naciones han sido taxativas a la hora de votar en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas por la negativa, evitando así que nuevamente la OTAN u otras fuerzas internacionales colaboren abiertamente en el matadero sirio. Sin duda la antigua alianza de Siria con Rusia (que viene de los tiempos de la Unión Soviética), y la postura China, como gran potencia emergente que por primera vez en su historia hace valer su opinión y peso especifico obteniendo el protagonismo que Occidente le ha negado desde siempre.

El mundo sabe que Siria en sí misma no molesta, ya que su influencia regional cada vez está más encajonada. Lo que molesta es su lugar en el mapa, lo que la convierte es una estación más del camino que ha tomado Estados Unidos para llegar finalmente a Teherán, y que la caída de Al Assad es clave para seguir aislando a Irán. Con la anuencia, una vez más, de la OTAN y del CCG (Consejo de Cooperación del Golfo) encabezados por los países árabes con más aceitadas relaciones con Estados Unidos: Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos. No es casual que un gobierno sirio en el exilio llamado “Consejo Nacional Sirio” –que tiene su sede en dos de la OTAN: Turquía y Francia, recuérdese el Consejo Nacional de Transición, los responsables del genocidio en Libia y quien hoy están despedazando el país que alguna vez fue el más avanzado de África.

Por esta cuestión desde Occidente se ha fomentado la rebelión, que se enmarcaría en esa Primavera Árabe, a esta altura sería más efectivo llamarla la Primavera Boba, donde en el único país en el que las cosas cambiaron radicalmente fue casualmente en Libia, la única nación donde surgió dicha primavera que generaba cierto escozor a occidente. Incluso en Egipto donde Hosni Mubarak tras ser derrocado después de treinta años en el poder, en que fue sostén fundamental para la paz con Israel y aliado clave en la región de Estados Unidos, derrocarlo costó casi un millar de víctimas, y ha sido condenado en un juicio con las garantías del caso, en elecciones bastante amañadas en segunda vuelta que se define en estos días, podría ganar la presidencia nada menos que general Ahmed Shafiq, el último primer ministro de Mubarak, para que quede en claro de qué cambios y revoluciones hablamos.

Nada ha cambiado en el mundo árabe, como ya dijimos fuera de Libia. Lo que sucedió en estos países, como mucho, fue una monumental jugada de gatopardismo y nada más. Por eso hay que desterrar el concepto de que lo que sucede en Siria es parte de un proceso revolucionario y hay que entenderlo como un nuevo zarpazo de los Estados Unidos y sus socios de la OTAN para instaurar un gobierno pro- Occidental que acceda a convertir a su país en un corredor aéreo de Occidente e Israel en su lucha definitiva contra Irán, entonces sí la madre de todas las batallas.

¿Por qué Siria?

Siria fue uno de los países clave en Oriente Medio por su notable influencia sobre sus vecinos, particularmente Jordania. Tiene una extensa y conflictiva frontera con Turquía. Recordemos que este último país hace denodados esfuerzos por entrar a la Unión Europea y nada mejor en este momento que ser hostil a Siria –no olvidemos que su inteligencia prestó grandes servicios en el caso de Libia. Además, el gobierno de Damasco tiene una fluida con Irán.

Más allá de que Bashar al- Assad pertenece a la minoría alauí, una rama chií que representa solo el 12% de la población, frente al 74% suníes, los al- Assad se mantienen en el poder desde 1971.

La dinastía fue fundada por Hafez al-Assad, quien presidió Siria desde1971, cuando toma el poder tras un golpe de estado, junto al partido Baaz (socialista, nacionalista árabe y secular) hasta su muerte en 2000. El sucesor asignado era su hijo mayor Bassel, pero murió en 1994 en un accidente automovilístico. Bashar, que residía en Londres como médico oftalmólogo, debió hacerse cargo del gobierno en el año 2000, lo que para entonces a nadie molestó demasiado. Casi como si la República fuera un reino. Bashar llegó al poder con un aura de modernidad y apertura democrática, alentadas por unas amnistías parciales de presos políticos y un ensayo de libertad de expresión que fue conocido como la Primavera de Damasco.

Kofi Annan, un burócrata internacional que tanto sirve para un barrido como para un fregado, se presentó en Damasco enviado por las Naciones Unidas portando un plan de seis puntos para detener las matanzas (dicho plan sólo un compendio aburrido de buenas intenciones que ya sabemos donde conducen), hablaba con cierta inocencia de cese de hostilidades, protección de derechos humanos de los civiles y una salida negociada y democrática a la crisis. El plan duró lo que el agua en una cesta y la matanza continúa. Claro, nada se dice de detener el tráfico de armas a los rebeldes por los mismos mandates de Kofi Annan, y queda claro que todas son teatralizaciones a la espera de la caída de Al-Assad para continuar la escalada a Irán. Como respuesta al plan de los seis puntos, las milicias del ESL continuaron sus ataques-atentados con bombas contra la población civil, tan parecidos a la forma de operar de Al-Quaeda, organización que a esta altura debería ser considerada como el brazo armado de la CIA.

Los insurrectos sirios ya saben que la lucha, mientras Rusia y China se sostengan en sus posiciones, será muy larga; por esa razón miembros de la guerrilla viajaron a Kosovo, en Abril último, para recibir entrenamiento. Las represalias militares al Estado yugoslavo contra las acciones terroristas organizadas por el Ejército de Liberación de Kosovo (UCK) fueron la excusa para la primera intervención militar “humanitaria” de la historia de la OTAN.

Los hombres del UCK, musulmanes sunitas, tuvieron y tienen fuertes vinculaciones con la Camorra napolitana y La Sacra Corona Unita, la organización mafiosa que opera en la región de la Apulia. Históricamente, el UCK financió sus actividades con la trata de blancas y tráfico de heroína. El padrino de la mafia kosovar es Hashim Thaci, el actual primer ministro de su país. Los milicianos de la UCK fueron entrenados por los servicios secretos alemanes y de la OTAN en campamentos situados en Turquía y Albania. Por donde también han pasado mercenarios que combatieron finalmente en Afganistán, Chechenia y Libia. Ahora los kosovares entrenarán a agentes sirios y, seguramente, no terminarán con esta nueva actividad docente. Lo que claramente indica que las matanzas y atentados se continuarán llevando cabo en Siria hasta que finalmente caiga el gobierno de Al-Assad ya que la maquinaria bélica de los Estados Unidos, la OTAN e Israel, con crisis o sin crisis financiera, intentará llegar a Teherán. Quizás lo realmente malo no sea eso, sino que Irán no será la última estación.”

1 comentario:

  1. alosdoslados de la diferencia1 de julio de 2012, 3:14

    No sé si he entendido bien. ¿Al Queda es un brazo de la CIA?¿ Y todos los movimientos populares de la primavera arabe son producto de la manipulación y dción de EEUU y las potencias occidentales?
    Me parece un reduccionismo de situaciones tan complejas que poco ayuda al analisis.
    Logicamente la pregunta sería ¿Nos parece normal que dinastias como Gadffi,Asad. gobiernen esos paises durante mas de 40 años sin oposición a la vista? ¿Todo lo que se escribió sobre la represion en esos paises durante esos mas de 40 años es un invento? Y finalmente ¿EEUU y las potencias occidentales derrocan gobiernos dictatoriales como Gadaffi y el Asad,con los que estaban bastante comodos, para poner en su lugar a movimientos Yihadistas,absolutamente imprevisibles,cuando no contrarios a las potencias de la OTAN?
    Francamente es difcil aceptar este razonamiento.
    Deberíamos reflexionar si gobiernos dictatoriales durante decadas, no traen consecuencias al cabo de tantos años.
    Algunas de esas consecuencias indeseables,como que los mov. de rebelión sean copados por grupos yihadistas y no por mov. democraticos laicos.
    Algo previsible,que no deseable, cuando durante mas de 40 años y desde esas dictaduras se laminó todo tipo de participación democratica.
    ¿así que EEUU y las potencias occidentales derrocan a Mubarak para poner en su lugar a un presidente que viene de movimientos ultra religiosos musulmanes?
    Digo, ¿no habrá algo de la propia dinamica de esos pueblos y de su historia que se nos escapa,y que mecanicamente y por desconocimiento lo metemos en la teoria de la conspiración de la CIA "que todo lo hace"?
    No creo que esos movimientos populares sean virginales, pero creo que sí son producto de dictaduras atroces que han generado odio y resentimiento en amplias capas de la población durante decadas.
    un saludo

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